LA GRAN FAMILIA CELESTIAL

La Palabra es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.( el Evangelio )
En el mundo esta, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.( Jesús es el verbo encarnado, la palabra de Dios, luz del mundo )
Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre;
no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

En conclusión, Jesús vino para convertirnos en hijo de Dios, y como hijos de Dios tendremos vida eterna y vida en abundancia,

La misión de Jesús finalizo cuando fue crucificado, y quedo escrito así como lo relata la siguiente lectura:


Juan (19, 25-27)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu madre”. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.

Para un buen Padre, ningún hijo es más que el otro, su amor es igual para todos, así nos dice Jesús; tres mujeres extraídas de distintas clases sociales, María la Madre de Jesús, mujer humilde y piadosa, María mujer de Cleofás, esposa de Cleofás cortesana de Herodes, y María Magdalena de vida pública por todos conocida, Las tres "María", todas ellas hermanadas por Jesús, en un mismo nivel, uno al lado de la otra, y junto a ellas el discípulo desconocido a quien Jesús ama. ( el discípulo desconocido que camina siguiendo a Jesús, no delante de Jesús )
Cuando Jesús dice: Mujer ahí tienes a tu hijo, se declara hermano de su discípulo y como tal queda santificado, y luego lo confirma diciendo a su discípulo: ahí tienes a tu Madre, y de esta forma queda constituida la gran y única familia celestial a la cual todos estamos llamados a pertenecer.

Palabra del Señor.