BEATIFICACIÓN ? - NO PERTENECE AL EVANGELIO
Un beato es un difunto que mediante el proceso de beatificación ha sido nombrado así por el Papa en nombre de la Iglesia católica.
El beato puede ser venerado en público en una región determinada, generalmente la región que pidió su beatificación.
LA VENERACIÓN DE UN BEATO, ES IDOLATRÍA, PUESTO QUE, COMO DICE PABLO EL APÓSTOL, 1 corintios 1 - 13 - ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?
El término beato significa literalmente feliz (del latín beatus), o bienaventurado en sentido más amplio, aludiendo a la creencia de que esa persona está ya gozando del paraíso.
La consideración de beato constituye el tercer paso en el camino de la canonización. El primero es Siervo de Dios, el segundo venerable, el tercero beato y el cuarto santo. Vulgarmente, también se conoce como beato a la persona muy apegada a las ceremonias religiosas.
No son consideraciones, son discriminaciones, el amor de Dios es igual para todos.
Proceso de beatificación
El proceso de beatificación declara que un difunto ha vivido una vida de santidad, y ha realizado uno o varios milagros después de su muerte o martirio. Este proceso comienza cuando el obispo de la región donde nació, vivió o murió el candidato presenta su caso a la Santa Sede.
Este informe consiste en una biografía completa, y un resumen de evidencias del milagro atribuido al mismo. El caso es evaluado por un grupo de expertos en ciencias (católicos y no católicos) y teólogos. Si el caso es aprobado el candidato es declarado beato.
Para la beatificación de un mártir es suficiente la declaración oficial de su martirio por parte de la Iglesia, por ello no se requiere ni el proceso de virtudes heroicas ni tampoco el milagro, que, en cambio, se exige para la canonización.
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Todo este proceso de beatificación, contradice abiertamente el Evangelio de Jesús, el único Señor y el único Señor
Mateo 20
18 "Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte
19 y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.
20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo.
21 El le dijo: "¿Qué quieres?" Dícele ella: "Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino."
Del mismo modo, un obispo pide la beatificación de un sacerdote, siempre es un sacerdote ¿ habrá alguna razón ?
22 Replicó Jesús: "No sabéis lo que pedís.
Por supuesto que, el obispo no sabe lo que pide, ¿ en que le puede beneficiar una beatificación a los demás "creyentes" ? si lo son. absolutamente en nada, y... ya que estamos, todas estas glorias de beatificación, y posterior mandato de veneración, -no son más que reconocimientos de hombres que no tienen valor alguno.
Es Dios quien tiene glorificarnos, Dios es quien conoce la verdad de nuestras obras.
¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?" Dícenle: "Sí, podemos."
23 Díceles: "Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.
Ni siquiera Jesús el único hijo de Dios tenía esa atribución
24 Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos.
En verdad, estas cosas no solo són indignantes, lo peor es que, tergiversan el Evangelio.
Y por otra parte, lo que se busca es impresionar a los "católicos" de un supuesto poder de la iglesia, un supuesto poder para juzgar quien es santo y quien no.
Tirando por la borda todo lo que dice Jesús:
Mateo 25
31 "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.
32 Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.
33 Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
34 Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis;
36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme."
37 Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?
38 ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos?
39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"
40 Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."
41 Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
43 era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis."
44 Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"
45 Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo."
46 E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna."
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