MIENTRAS EXISTA UNA IGLESIA, HABRÁ DISCORDIA EN EL MUNDO
Todas las iglesias existente por ser jerárquicas, cae en la vanidad y la soberbia.
Ninguna iglesia tiene interés verdadero en la palabra de Dios, y niega sistemáticamente la acción del Espíritu Santo
La mala conducta o pecado, no es castigado por Dios ni por los jueces de
la tierra, nuestras malas conductas son las que nos condenan, y la peor
conducta es, no creer en la palabra de Dios, no creer en Jesús y no
creer en el Espíritu Santo-
Aunque muchos digan con su boca " yo creo " - queda descalificado por su conducta contraria a lo establecido en el Evangelio.
Jesús no envió a sus discípulos a crear escuelas sino a proclamar en el Evangelio, por eso dice:
Dichoso
el que escucha mis palabras y las practica" - si alguien guarda mi
palabra, ese es el que me ama, mi Padre y Yo, vendremos y haremos morada
en el, de este modo se confirma lo que también dice Jesús: " vosotros
sois templos del Espíritu Santo "
Y entonces les declararé: ¡No os conozco; apartaos de mí, agentes de la iniquidad!
Romanos
(10, 9-18)
Hermanos:
Basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea
en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda
salvarse.
En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación.
Por eso dice la Escritura:
Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre
judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con
todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su
Dios, será salvado por él.
Ahora bien, ¿cómo van a invocar al Señor, si no creen en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír hablar de él, si no hay nadie que se lo
anuncie? ¿Y cómo va a haber quienes lo anuncien, si no son enviados?
Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al
mensajero que trae buenas noticias! Sin embargo, no todos han creído en
el Evangelio.
Ya lo dijo Isaías: Señor, ¿quién ha creído en nuestra predicación? Por lo tanto, la fe viene de la predicación y la predicación consiste en anunciar la palabra de Cristo.
Entonces yo pregunto:
¿Acaso no habrán oído la predicación? ¡Claro que la han oído!, pues la
Escritura dice: La voz de los mensajeros ha resonado en todo el mundo y
sus palabras han llegado hasta el último rincón de la tierra.
Tienen ojos pero no ven, tienen oídos pero no oyen.
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