LA SEÑAL DE JONÁS
Un hombre pedía clemencia ante su Rey porque no podía pagarle la inmensa deuda que tenía, el Rey se apiadó y le perdonó toda la deuda, el hombre salió limpio, ya no debía más nada.
Al salir se encontró con uno que le debía una poquísima cantidad de dinero, lo agarro por el cuello y le hizo meter preso.
Que contrasentido ¿ verdad ? no estoy hablando solo del perdón, hablo de los valores que más apreciamos los seres humanos, un poco de dinero vale más que la vida de un hombre, incluso que nuestra propia vida, personas que se lamentan por la pérdida de algún objeto, aunque sea de poco valor, personas que pierden su vida por tratar de impedir que un ladrón le quite su automóvil, o unos pocos pesos, personas que desprecian a otras personas por su condición social, y por supuesto, personas que quitan la vida a otros por una mejor calidad de vida, personas que se creen justas desprecian a personas que consideran pecadoras. así somos los seres humanos, la historia lo dice.
La pregunta es, ¿ nos quedamos así, sin hacer nada ? - ¿ vamos a seguir peleando unos contra otros hasta que no quede nadie ?
Los que decimos creer en Dios y en su amor, tanto Judíos, Cristianos y Musulmanes, estamos haciendo lo mismo, - y más que aquellos que no tienen Dios, - ¿también a Dios lo despreciamos por la mismas razones ?, por supuesto que si, - ¿acaso no hay guerras entre nosotros ? - cristianos contra cristianos, judíos contra judíos, musulmanes contra musulmanes.- ¿ cuales son las causas de estas guerras de todos contra todos ? -
VALORAMOS ESTÚPIDAMENTE LAS COSAS MATERIALES MÁS QUE NUESTRAS PROPIAS VIDAS.
ASÍ LO DICE NUESTRO DIOS:
Lectura del profeta Jonás 4,1-11
Jonás sintió un disgusto enorme y estaba irritado. Oró al Señor en estos términos: "Señor, ¿no es esto lo que me temía yo en mi tierra? Por eso me adelanté a huir a Tarsis, porque sé que eres compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, que te arrepientes de las amenazas. Ahora, Señor, quítame la vida; más vale morir que vivir.
" Respondióle el Señor: "¿Y tienes tú derecho a irritarte?" Jonás había salido de la ciudad, y estaba sentado al oriente. Allí se había hecho una choza y se sentaba a la sombra, esperando el destino de la ciudad. Entonces hizo crecer el Señor un ricino, alzándose por encima de Jonás para darle sombra y resguardarle del ardor del sol. Jonás se alegró mucho de aquel ricino.
Pero el Señor envió un gusano, cuando el sol salía al día siguiente, el cual dañó al ricino, que se secó. Y, cuando el sol apretaba, envió el Señor un viento solano bochornoso; el sol hería la cabeza de Jonás, haciéndole desfallecer. Deseó Jonás morir, y dijo: "Más me vale morir que vivir."
Respondió el Señor a Jonás: "¿Crees que tienes derecho a irritarte por el ricino?" Contestó él: "Con razón siento un disgusto mortal"
Respondióle el Señor: "Tú te lamentas por el ricino, que no cultivaste con tu trabajo, y que brota una noche y perece la otra.- Y yo, - ¿no voy ha sentir compasión de Nínive, la gran ciudad, que habitan más de ciento veinte mil hombres, que no distinguen la derecha de la izquierda, y gran cantidad de ganado?"
SI DIOS TUVIERA NUESTROS VALORES, DESPUÉS DEL DILUVIO NO HUBIERA QUEDADO NADIE.
Pero Dios es amor, y nos envió a su único hijo para enseñarnos lo que debemos ser para tener vida de alegria y vida eterna.
Lucas 11,1-4
Gloria a ti, Señor.
Señor, enséñanos a orar
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos," Él les dijo: "Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.""
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