CUANDO LA SEMILLA DE LA FE CRECE
LA EXPERIENCIA DE NATANAEL
Juan (1, 47-51)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?”
Hay en el mundo tantas religiones que al final solo confunden, tantos hombres que buscan fama, placeres y riquezas, releen libros en busca de sabiduría, sabiduría de hombres, pero jamás se sacian, pura vanidad y nada más que vanidad, así, - como está escrito:
Eclesiastés 2
El sabio y el necio, iguales ante la muerte
12 Entonces volví mis ojos hacia la sabiduría,
hacia la locura y la insensatez.
Porque ¿qué hará el sucesor del rey?
Lo mismo que ya se había hecho antes.
13 Y vi que la sabiduría aventaja a la insensatez,
como la luz a las tinieblas:
14 el sabio tiene los ojos bien puestos,
mientras que el necio camina en tinieblas.
Pero yo sé también que a los dos les espera la misma suerte.
15 Y me dije a mí mismo:
si la suerte del necio será también la mía,
¿para qué, entonces, me hice más sabio?
Y pensé que también esto es vanidad.
16 Porque no perdurará el recuerdo
ni del sabio ni del necio:
con el paso de los días, todo cae en el olvido.
Así es: ¡el sabio muere igual que el necio!
17 Y llegué a detestar la vida,
porque me da fastidio todo lo que se hace bajo el sol.
Sí, todo es vanidad y correr tras el viento.
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Pero, la Sabiduría de Dios es la sabiduría del sencillo, como la Natanael.
Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”.
Solo unas pocas palabras de Jesús bastó para que Natanael sintiera que estaba ante el Hijo de Dios , Señor del Cielo y de la Tierra, el Rey prometido por Dios cuyo Reino no tendrá fin, Natanael hombre sencillo y sin dobles.
Jesús le contestó:
“Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera ?. - Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.
La palabra de Dios, es tanto o más dulce que la higuera cuando por si misma se nos revela, porque es Espíritu, reconocer a Jesús como el Hijo de Dios. es la semilla de la fe que ha crecido por el Espíritu
Palabra del Señor.
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