CUANDO LA RELIGIÓN SE CONVIERTE EN UN NEGOCIO
Lucas (8, 1-3)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes.
Esta lectura es muy esclarecedora en cuanto al servicio de evangelizar, no hay discriminación por parte de Jesús, lo pueden hacer hombres y mujeres, por supuesto según el don" que hayan recibido y la manera que lo usen, - cuanto más generosos sean, más dones recibirán.
Nombra de modo especial a varías mujeres que fueron rescatadas de distintas clases sociales, y las cuales servían a Dios con sus propios bienes, es de destacar puesto que, como dice San Pablo ; -
Ciertamente la religión es el gran negocio, pero sólo para aquel que se conforma con lo que tiene, pues nada hemos traído a este mundo y nada podremos llevarnos de él. Por eso, teniendo con qué alimentarnos y con qué vestirnos nos damos por satisfechos.
Los que a toda costa quieren hacerse ricos, sucumben a la tentación, caen en las redes del demonio y en muchos afanes inútiles y funestos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se han desviado de la fe y se han visto agobiados por muchas tribulaciones.
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