EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD
El que carece de conocimientos, no puede discernir, no puede razonar, ni puede decidir, porque su mente no puede procesar lo que no sabe.
De la misma manera, si desconocemos lo dicho por Jesús y todo lo que está escrito en la biblia, ¿ como vamos a procesar ese conocimiento que está escrito pero que no conocemos ?, o lo conocemos solo superfivialmente, o directamente no nos interesa. como consecuencia quedamos a merced de alguien que nos informe lo que pasa o lo que pasó, pero corremos el gran riesgo de que nos usen para que logren lo que ambicionan y sus malos propósitos, de esta forma dejamos que los falsos profetas, ya sean reliosos o políticos nos engañen
En la actualidad con los medios de comunicación y su alta tecnología, no vemos bombardeados continuamente por un periodismo que editan las noticias deformadas según lo que más les conviene a los poderosos.
El conocimiento de las cosas del Reino de Dios, no vienen por el predicador, vienen directamente de Dios, del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, tal como ocurrió con los discípulos de Emaús y los demás discípulos, que entendieron lo que Jesús enseñaba después de recibir el Espíritu Santo.
Al predicar el Evangelio, el buen predicador lo que hace es alabar a Dios, no enseña sino que transmite la buena noticia, pero si nos dejamos engañar sometiendo nuestra voluntad al que predica, caemos en un error fatal, jamás recibiremos nada de Dios
.
LA SIGUIENTE LECTURA ES UN EJEMPLO QUE NOS DEJO JESUS:
Mateo (20, 20-28)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercó
a Jesús la madre de los hijos
de Zebedeo, junto con ellos,
y se postró para hacerle una
petición. El le preguntó:
“¿Qué deseas?” Ella respondió:
“Concédeme que estos
dos hijos míos se sienten,
uno a tu derecha y el otro
a tu izquierda, en tu Reino”.
Pero Jesús replicó:
“No saben ustedes lo que
piden. ¿Podrán beber el
cáliz que yo he de beber?”.
Ellos contestaron:
“Sí podemos”. Y él les dijo:
“Beberán mi cáliz; pero
eso de sentarse a mi derecha
o a mi izquierda no me toca
a mí concederlo; es para
quien mi Padre lo tiene
reservado”.
Jesús vino para salvar a toda la humanidad sin distinción para nadie, blancos o negros, feos o lindos, ricos o pobres, todos los que quieran ser salvados, no vino a repartir cargos ni privilegios, vino a salvar, y sus apóstoles o servidores y los creyentes deben saber estas cosas que están escritas en la biblia, pero hay quienes los interpretan de acuerdo a su conveniencia y malos propósitos.
Al oír aquello, los otros
diez discípulos se indignaron
contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les
dijo: “Ya saben que los
jefes de los pueblos los
tiranizan y que los grandes
los oprimen. Que no sea así
entre ustedes. El que quiera
ser grande entre ustedes,
que sea el que los sirva, y el
que quiera ser primero, que
sea su esclavo; así como el
Hijo del hombre no ha venido
a ser servido, sino a servir y
a dar la vida por la redención
de todos”.
Queda claro entonces que, los servidores del Señor Jesús, deben actuar como lo hizo Jesús y no como gobernantes y poderosos que dominan la voluntad de la gente y las someten a una esclavitud de conciencia y de falta de conocimientos, cosas que Dios abomina, porque bien claro está escrito: LA VERDAD OS HARA LIBRES, si te dejas engañar nunca serás libre y además ofendes a Dios.
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