viernes, abril 27, 2007

DIFICIL ENTENDER A DIOS


Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (9, 1-20)

Cuantas sorpresas trae esta lectura, Saulo que luego sería Pablo. amenazaba de muerte a los cristianos y los perseguía con la intención de encarcelarlos, la primera sorpresa es que Jesús se le manifiesta y en lugar de condenarle por perseguir y encarcelar a los cristianos, lo santifica, luego de esto Pablo se convierte en el apóstol mas fervoroso de Jesús, esta es la segunda sorpresa.
La pregunta es; Pablo se merecía la santificación según sus conducta anterior ? tal vez no, pero Jesús no puede equivocarse, por otro lado, quien no es pecador ? - es posible también que Pablo ya intuía que estaba procediendo mal con una persecución sin motivo.
La otra pregunta es; ¿ Cual es el mensaje que hay en este hecho fuera de nuestra lógica ?

Nosotros tenemos la costumbre de levantar un monumento a quien consideramos una persona con muchos méritos, y condenamos a personas que actúan como Saulo, pero quien de nosotros es capaz de ver o conocer el futuro que puede producirse en el hombre con el toque de Dios ?

Meditenlo , yo lo hice y me vi como una persona totalmente insignificante, por que Jesús había elegido a Pablo para que este lo alabara por el resto de su vida, y veo también la sabiduría y el poder del Señor que derrota a su enemigo convirtiéndolo en uno de sus más fieles amigo, y todo esto ocurrió después de su resurrección, lo cual demuestra que Jesús sigue estando con nosotros, aunque algunos piensan que esta lejos .

En aquellos días, Saulo, amenazando todavía de muerte a los discípulos del Señor, fue a ver al sumo sacerdote y le pidió, para las sinagogas de Damasco, cartas que lo autorizaran para traer presos a Jerusalén a todos aquellos hombres y mujeres que seguían la nueva doctrina.
Pero sucedió que, cuando se aproximaba a Damasco, una luz del cielo lo envolvió de repente con su resplandor. Cayó por tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Preguntó él: “¿Quién eres, Señor?” La respuesta fue: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate. Entra en la ciudad y ahí se te dirá lo que tienes que hacer”.
Los hombres que lo acompañaban en el viaje se habían detenido, mudos de asombro, pues oyeron la voz, pero no vieron a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no podía ver. Lo llevaron de la
mano hasta Damasco y ahí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo que se llamaba Ananías, a quien se le apareció el Señor y le dijo: “Ananías”. El respondió: “Aquí estoy, Señor”. El Señor le dijo: “Ve a la calle principal y busca en casa de Judas a un hombre de Tarso, llamado Saulo, que está orando”. Saulo tuvo también la visión de un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para que recobrara la vista.
Ananías contestó: “Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus fieles en Jerusalén. Además, trae autorización de
los sumos sacerdotes para poner presos a todos los que invocan tu nombre”. Pero el Señor le dijo: “No importa. Tú ve allá, porque yo lo he escogido como instrumento, para que me dé a conocer a las naciones, a los reyes y a los hijos de Israel. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi causa”.
Ananías fue allá, entró en la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: “Saulo, hermano, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me
envía para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo”. Al instante, algo como escamas se le desprendió de los ojos y recobró la vista. Se levantó y lo bautizaron. Luego comió y recuperó las fuerzas. Se quedó unos días con los discípulos en Damasco y se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús era el Hijo de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo 116
Que alaben al Señor, todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.

Evangelio según san Juan (6, 52-59)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.

Dios es Espíritu, y Jesus tambien, comer significa alimentarse, Si Jesús es espiritu entonces, comer su carne y beber su sangre significa alimentarse de su Espiritu Santo, y como todo lo que sale de la boca de Dios es Espiritu tenemos entonces el alimento que nos da la vida eterna y nos hace semejante a Dios y a Jesus, tal como ocurrio con pablo y los demás apostoles.

Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”.
Esto lo dijo Jesús enseñando en la sinagoga de Cafarnaúm.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

No hay comentarios.: