SER FIEL A LA PALABRA DE DIOS
Nosotros los seres humanos somos tan ingenuos que en un abrir y cerrar de ojos ya no estamos aquí, y lo sabemos, - no obstante vivimos arrastrados por la corriente de este mundo que nos lleva a ignorar las cosas de Dios, las ignoramos totalmente, estamos tan ocupados en programar nuestro futuro de ilusiones, - una regia casa, un automóvil nuevo, vacaciones, amistades, estatus,social y económico, el futuro de nuestros hijos etc.etc.- pero sin tomar en cuenta los consejos de Dios, sin tomar en cuenta, la resurrección, la vida eterna y todas las promesas de Dios, - De pronto, lo inesperado, nuestro castillo de naipes se vino abajo, apenas un soplo y todo terminó, ¿ cuando será ese día ? - no lo sabemos.
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los
tesalonicenses (5, 1-6. 9-11)
Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche.
La muerte puede sorprendernos como un ladrón, pero la muerte no es fin. todos vamos resucitar, pero, ¿ en que lugar ? en el Cielo o en el infierno ?
Cuando la gente esté diciendo: “¡Qué paz y qué seguridad tenemos!”, de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.
La pregunta es; ¿ a que grupo pertenecemos ? - a los imprudentes e ingenuos de las falsas ilusiones ? - o, a los prudentes y de vida sencilla que guardan las esperanzas de una vida mejor en un mundo mejor, donde ya no hay llantos ni desesperación por el peligro o el hambre.
Por tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha destinado al castigo eterno, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque él murió por nosotros para que, cuando él vuelva, ya sea que estemos vivos o hayamos muerto, vivamos siempre con él.
Por eso anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a seguir progresando, como de hecho ya lo hacen.
Pero que difícil es animar a quienes no quieren porque están enamorados de este mundo. - es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos.
Palabra de Dios.
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