sábado, septiembre 05, 2009

LA PRUDENCIA Y LA SABIDURIA

Dice la Biblia que, la prudencia es prima hermana de la sabiduría, y así es efectivamente, cuantos accidentes ocurren por imprudencias ? incontables, - y cuantos lamentos por causa de nuestras imprudencias, la mayor de todas las imprudencias es, el no tomar en cuenta a Dios como nuestro infalible protector, es muy poco lo que sabemos de las enseñanzas que podemos encontrar en la palabra de Dios en su Evangelio y en los múltiples ejemplos del antiguo testamento, por lo tanto, es muy conveniente leer la Biblia buscando la Sabiduría Divina que nos proporcionará la prudencia tan necesaria para no tener que lamentarnos

En la siguiente lectura, Jesús nos habla de la imprudencia y sus consecuencias:



Mateo (25, 1-13)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras.

Vamos a los templos, celebramos cantando alabanzas a Dios y al Señor, escuchamos lo que dicen sacerdotes y pastores, pero no prestamos atención, y la razón por la que digo esto, es porque he hablado con muchas personas que por años van a los templos, generaciones tras generaciones, las he sondeados y me encontré con la sorpresa lamentable, poco y nada saben del Evangelio, poco y nada saben de las enseñanzas que a esta altura de nuestra civilización ya deberíamos estar practicando.


Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

En cada pasaje de la Biblia, especialmente el Evangelio, trae muchas y diversas enseñanzas, si encontramos algo bueno en un pasaje, en el mismo pasaje encontraremos más enseñanzas, o podríamos decir más aceite para nuestras lamparas que nos alumbran el camino.


A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’.

Si no profundizamos la lectura del Evangelio y de toda la Biblia, nuestras lamparas quedaran sin aceite, porque la Sabiduría y el conocimiento de Dios, es interminable, ¿ quien puede decir ? " ya lo se todo, - talvés en cosas terrenales, pero en cuanto a las cosas de Dios, ni lo sueñen.


Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo’.

A veces alegamos falta de tiempo, porque tenemos que hacer esto o lo otro, priorisamos lo terrenal y dejamos de lado lo más importante; prepararnos para la vida eterna, muy diferente a esta vida que solo puede durar 80 0 100 años a lo sumo, si hay buena salud.

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, Señor, ábrenos’.
Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’.
Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora”.

Otra gran imprudencia, es la de creer o no creer que nuestro fin puede ser hoy mismo o dentro de mucho tiempo, pero si estamos preparados con la profundización del conocimiento de Dios, la idea de la muerte ya no tendrá su efecto nocivo.

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